MARIPOSA: Entre la rabia y la ternura: el universo de COZY TAPES

Desde Ámsterdam hacia el mundo, MARIPOSA levanta su voz como símbolo de transformación y autenticidad. Con raíces colombianas e italianas, y una crianza marcada por la migración, ha hecho del rap y el trap su territorio de libertad: un lugar donde lo femenino, lo tierno y lo feroz conviven sin pedir permiso.

Dante Salas

10/17/2025

A través de versos afilados y melodías envolventes, MARIPOSA redefine lo que significa ser artista dentro de la nueva generación latina: una creadora multidimensional que habla de salud mental, amor, empoderamiento y pertenencia. Su próximo EP, COZY TAPES (disponible el 10 de octubre de 2025), es una carta abierta sobre sus orígenes, la dulzura que surge tras la rabia y el proceso de volver a confiar.

En esta conversación para disidnt=, exploramos las emociones, las raíces y los símbolos detrás de su universo sonoro: uno que vibra entre lo íntimo y lo político, entre la ternura y el fuego.

ENTRE LA RABIA Y LA TERNURA: EL UNIVERSO DE COZY TAPES

I. IDENTIDAD Y ORIGEN

¿Quién es MARIPOSA? ¿Qué representa este nombre para ti como símbolo personal y artístico?


El nombre Mariposa representa crecimiento y evolución constante. Las mariposas tienen algo especial, son bonitas, pero también frágiles y a veces hasta peligrosas. Al mismo tiempo tienen una vibra mágica, como de un mundo tipo Alicia en el País de las Maravillas, un poco como mi propio mundo.


¿Cómo influyó tu experiencia como inmigrante en Ámsterdam en tu identidad y en tu manera de hacer música?

Mi experiencia como hija de inmigrantes en Ámsterdam me marcó bastante. Muchas veces me sentía fuera de lugar por mi forma de ser, soy una persona muy apasionada, directa y sensible, pero no me molestaba. Al contrario, eso me llevó a buscar gente con la que me sintiera bien, sin juicios.

Crecer en una ciudad como Ámsterdam, con tantas culturas diferentes, me hizo entender que todos somos distintos y que cada cultura tiene sus propias normas y valores. Igual, a veces fue un reto encontrar mi camino, porque como hija de inmigrantes no siempre tienes las mismas oportunidades. Pero justo eso me motivó a trabajar más duro.

Eso también se refleja en mi música: no me rindo, aunque las cosas vayan despacio o no salgan como las imaginaba. Esa necesidad de seguir, de salirme de la norma y mantener mi autenticidad, incluso cuando hay juicio, y de ser apasionada y honesta, es lo que forma quién soy y lo que define mi sonido.


Creciste entre diferentes culturas y lenguas —latina, europea, trilingüe—. ¿Cómo ha moldeado esa diversidad tu sonido y tu visión del mundo?

Crecer entre diferentes culturas y lenguas me ha formado en quien soy, pero el español siempre ha sido el idioma en el que más me identifico. Mis padres se separaron antes de que yo naciera, así que crecí con mi mamá. Mi papá es italiano, pero ese lado realmente lo conocí más a través de mi mamá que de él. Para mi mamá era muy importante mantener viva nuestra parte colombiana, el idioma, el país, la cultura, la familia, todo. Me contó que una vez un profesor le aconsejó no hablarme en español en casa, porque pensaba que así no aprendería bien el neerlandés. Pero mi mamá no estuvo de acuerdo para nada, y hasta discutió con él, jaja.
Por eso me siento mucho más conectada con mis raíces latinoamericanas. Eso también se refleja en mi música: escribo y creo todo en español, porque es el idioma en el que siento y vivo. Al mismo tiempo, crecer en Europa, y especialmente en Ámsterdam, me expuso a muchos sonidos distintos. Esa mezcla cultural me enseñó a pensar libremente y a experimentar con diferentes estilos. Haber crecido entre tantos mundos me enseñó a no ver las cosas en blanco y negro. Mi visión del mundo es abierta, empática y curiosa, entiendo que no existe una sola verdad ni una sola forma de vivir. Y esa mirada también se refleja en mi música.


Has dicho que aprendiste a grabar y componer desde cero. ¿Qué papel jugó la música en tu infancia como herramienta de expresión o de refugio?

Desde que tenía como cinco años, mi mamá me metió a clases de piano. Tocaba bastante, y una vez, cuando estaba toda emo, intenté escribir una canción en el piano, jaja. En mi casa siempre había música sonando. Cuando me despertaba en las mañanas, ya se escuchaba la música por toda la casa y veía a mi mamá bailando frente al espejo. Las fiestas familiares también duraban hasta la madrugada, parar de bailar no era una opción. La música simplemente estaba en todas partes. Mientras crecía, la música se convirtió en mi forma de escapar. Lo que sentía determinaba lo que escuchaba: si estaba triste, me ponía emo; si estaba feliz, algo bien alegre; y si estaba brava, pura música bien pesada. La música siempre me ayudó a entender lo que sentía y a soltarlo, ha sido mi manera de expresarme y de conectar conmigo misma y con los demás.

II. COZY TAPES: ENTRE LA RABIA Y LA TERNURA

COZY TAPES nace como un proyecto íntimo sobre tus orígenes y tu forma de relacionarte con el amor. ¿Cómo surgió la idea y qué emociones te llevó a escribirlo?

COZY TAPES nació en un momento en el que sentía la necesidad de acercarme más a mí misma. Pensaba mucho en lo que significa el amor para mí, de dónde vengo y cómo me relaciono con la gente. El amor nunca ha sido un tema fácil para mí. Mi mamá siempre mostró el amor con acciones, no con palabras, y me crió de una manera fuerte, para protegerme de las decepciones y los peligros. Por eso, durante mucho tiempo me costó sentir o expresar el amor de una forma más suave.

En terapia aprendí a entender y categorizar mejor mis emociones. Antes sentía que la agresión era mi emoción más fuerte, y a veces la única que realmente sabía cómo sacar. COZY TAPES fue una manera de romper con eso, de abrir espacio para otras emociones que antes no me permitía sentir.

En el tape también reflexiono sobre mi crecimiento en Ámsterdam y la manera en que crecí, ese lado rebelde, pero también la sensibilidad que muchas veces intenté esconder.

Las canciones salieron de forma muy natural, unas desde el cariño y los recuerdos, otras desde la frustración o la duda. El proyecto me dio la libertad de ser honesta sobre cosas que normalmente me guardo. Creativamente también me retó: tuve que soltar el control y dejarme llevar por lo que se sentía bien. COZY TAPES muestra un lado mío muy personal, pero que sigue siendo crudo y real.


Has mencionado que este EP refleja el paso de la agresividad a la vulnerabilidad. ¿Qué significó para ti aprender a ser tierna después de haber sido fuerte por necesidad?

Para mí significó dejar de verme como alguien que siempre tenía que ser fuerte. Durante mucho tiempo viví en modo supervivencia, protegiéndome, evitando que me hicieran daño. Por eso la ternura me parecía algo débil, algo que no podía permitirme.


Con el tiempo, y especialmente a través de la terapia y de COZY TAPES, entendí que la vulnerabilidad también es una forma de fuerza. Ser suave no significa dejarse romper, sino tener el valor de mostrarse tal como uno es.
No fue fácil, porque mi instinto sigue siendo poner una coraza, pero cada vez entiendo más que el amor, la ternura y la honestidad también son poder. Y eso ahora se siente en mi música: sigue teniendo fuerza, pero con más emoción y apertura.

En tus palabras, “si te enamoras, eres débil; si te lastiman, eres débil”. ¿Qué te hizo cambiar esa percepción del amor y la sensibilidad?

Siempre pensé que enamorarse te hacía débil, que si dejabas entrar a alguien o te lastimaban, perdías. Eso venía de cómo crecí: en un entorno donde ser fuerte era igual a sobrevivir.

En algún momento me di cuenta de que esa forma de pensar en realidad me estaba limitando. No podía conectar de verdad con la gente, porque siempre estaba tratando de tener el control.

Con la terapia y con las experiencias que he vivido, entendí que abrirse no es lo mismo que perderse, al contrario, significa tener la confianza suficiente para sentir algo real.

Esa comprensión cambió la manera en que me relaciono con los demás y también la forma en que me veo a mí misma.

DESOBEDECER LOS LÍMITES: GÉNERO, DISIDENCIA Y CREACIÓN

La figura de tu madre aparece en la narrativa del EP, especialmente al hablar de cómo comprendiste su forma de amar. ¿Cómo se refleja esa relación en tu música actual?

La relación con mi mamá no siempre ha sido fácil, pero ha tenido mucha influencia en quién soy, también en mi música. Hubo momentos en los que no nos entendíamos, y eso me marcó por mucho tiempo.

La terapia y todo lo que aprendí ahí me ayudaron a entenderla mejor, pero también a mostrarle otra forma de ver las cosas. Gracias a eso pudimos hablar diferente, con más calma y entendimiento.

Por todo ese proceso empecé a escribir y a sentir la música de otra manera. Al principio escribía más desde la distancia y la defensa; ahora trato de ser más honesta, incluso cuando algo me incomoda. En mi sonido todavía se siente esa fuerza y esa energía de supervivencia que saqué de ella, pero ahora dejo más espacio para la emoción.

Eso se nota en mi música actual: las historias son más personales, el tono es más abierto, pero la fuerza sigue siendo la misma.


El título del proyecto, COZY TAPES, evoca calidez y refugio. ¿Por qué elegiste ese concepto y cómo dialoga con el sonido del álbum?

El título COZY TAPES nació de una sensación que quería capturar, algo íntimo, cálido y honesto. Para mí, “cozy” no solo representa comodidad, sino también ese momento de vulnerabilidad, esa energía de cuffing season donde la gente busca conexión, a veces por amor y a veces solo por no sentirse sola.

Durante el proceso creativo estaba justo en ese mood: más hacia adentro, desconectada del ruido, pero muy conectada conmigo misma. ‘Tapes’ simbolizan ese lado crudo y real de grabar, como si fueran pequeños fragmentos de mis pensamientos y emociones.

En el sonido se siente esa dualidad: es cálido, pero no perfecto; tiene momentos suaves y otros más intensos. COZY TAPES es ese punto medio entre la calma y el caos, cozy, pero real.

Todo el proyecto fue grabado en tu estudio casero y producido junto a Baby Evil. ¿Cómo fue construir este universo desde un espacio tan personal y colaborativo?

Grabar todo el proyecto en nuestro home studio me dio mucha libertad. Era un espacio seguro donde podía crear sin presión ni juicios. Había calma, pero también enfoque, era mi propio mundo, donde podía soltar todo.
Baby Evil es mi ingeniero de confianza y mi compañero creativo. Pasamos mucho tiempo puliendo los temas, grabando voces y construyendo la atmósfera que quería para el proyecto. No todos los beats son de él, también hay producciones de otros productores, pero estuvo presente en casi todas las etapas del proceso.
Esa cercanía se siente en la música: suena cálida, honesta y real. COZY TAPES literalmente nació en nuestra habitación, y esa energía se siente, cruda pero sincera.

III. DISIDENCIA, GÉNERO Y CREACIÓN

Tu trabajo siempre ha desafiado las etiquetas de género en la música. ¿Cómo ha sido tu experiencia abriéndote paso en una industria históricamente dominada por hombres?

En la escena musical, especialmente en el rap y el hiphop, a las mujeres no siempre se nos toma en serio desde el principio. Tenemos que demostrarnos el doble, no solo en talento, sino en todo lo que hacemos. Constantemente ponen en duda tu sonido, tu imagen, tu actitud, incluso tus intenciones.
Aprendí a no dejarme intimidar por eso. Mi mamá siempre me enseñó que como mujer a veces toca trabajar el doble, no es justo, pero es la realidad. Y eso no pasa solo en la música, pasa en casi todo. Las mujeres todavía tenemos que pelear por espacios que los hombres muchas veces tienen por defecto.

Algo que también me parece una lástima es que a veces hay demasiada competencia entre mujeres. Deberíamos apoyarnos más entre nosotras, porque al final hay espacio para todas. Pero la industria todavía juega mucho con eso, poniéndonos a competir en lugar de conectar.
Otra cosa que me molesta es la diferencia en cómo se espera que se presenten hombres y mujeres. Un man puede subirse al escenario en una basic fit, una camiseta blanca y el pelo despeinado, y eso es “cool”. Pero si una mujer hace lo mismo, ya dicen que no quiere lo suficiente o que no se esforzó.
Esas diferencias muestran que todavía hay una doble moral, pero también me motivan a seguir haciendo las cosas a mi manera. Y sí, siento esa energía masculina en la industria, pero eso es justo lo que me reta a tomar mi espacio, a mi manera.

Has dicho que no quieres que tu música se encasille como “solo para chicas”. ¿Qué significa para ti crear desde lo femenino sin que eso se convierta en una limitación?

Para mí, crear desde lo femenino no significa que se trate solo de mujeres. Tiene que ver con el sentimiento, la intuición, la fuerza y el caos, eso es humano, no exclusivo de lo femenino.

Hago música desde mi perspectiva, pero quiero que cualquiera pueda verse reflejado en ella.

Lo femenino en mi trabajo está en cómo traduzco lo que siento, sea amor, rabia o duda. Es honesto, a veces suave, pero con una fuerza que nace justamente de ahí.

También me parece importante seguir conectando y trabajando con hombres. Eso aporta una mirada más amplia, tanto en mi música como en mi equipo. Si los hombres aprenden a entender mejor una perspectiva femenina, pueden transmitirla y abrir otras formas de pensar. Así, poco a poco, la energía dentro de la escena empieza a cambiar desde adentro.

En una escena donde muchas canciones de mujeres son escritas por hombres, tú insistes en escribir tus propias letras. ¿Por qué es tan importante para ti narrar tus propias historias?

La verdad, me parecería terrible que alguien escuchara mi música y pensara: qué artista femenina tan fuerte y poderosa, y luego mirara los créditos y se diera cuenta de que mis letras en realidad las escribió un hombre.

Para mí, la fuerza está en poder expresar por mí misma lo que siento, sobre todo cuando se trata de temas personales o emocionales. La música es mi manera de ser honesta y de hacerme escuchar, por eso tiene que salir de mí.

Dicho eso, sí estoy abierta a colaborar en el futuro, siempre y cuando esa colaboración potencie mi voz y no la reemplace, para llevar lo que hago a un nivel más poético o más poderoso.

EL SABOR DEL HOGAR: RAÍCES, COMIDA Y COMUNIDAD

¿Qué tipo de historias crees que solo una mujer —o una persona disidente— puede contar con total honestidad?

Creo que las mujeres podemos contar historias que muchas veces se pasan por alto, sobre lo que significa abrirse camino como mujer en un mundo que todavía está dominado por hombres.

Sobre lo que representa sentirte segura, y cómo a veces tienes que pensar en cosas en las que los hombres ni siquiera se detienen.

También las personas que están fuera de la norma entienden esa sensación de tener que demostrar siempre un poco más para que te tomen en serio.

Y justo por eso nuestras historias son reales, porque nacen de lo que hemos vivido, no de lo que la gente espera de nosotras.

IV. RAÍCES, COMIDA Y COMUNIDAD

En tus entrevistas hablas con amor sobre la comida. ¿Qué papel juega la gastronomía como puente emocional entre tu país, tu familia y tu identidad?

Para mí, la comida siempre ha sido mucho más que algo que se hace para sobrevivir, es una forma de conectar, con la gente y con los recuerdos.
En las reuniones familiares, cada quien llevaba su propio plato y comíamos todos juntos. Eso me conecta con mi familia y con Colombia. Cada vez que pruebo ciertos sabores o platos, siento que vuelvo un poquito allá, como si llevara conmigo un pedacito de casa, aunque esté lejos.
Mi papá tenía un restaurante italiano cerca de mi colegio, y a veces pasaba por ahí a comer. Cuando probaba algo que venía de Italia, se sentía familiar. Mi mamá me había llevado un par de veces a Italia cuando era niña para conocer a la familia de mi papá y también esa parte de mí. Así que cuando comía en el restaurante de mi papá, sentía como si estuviera un poquito allá también.
De niña, por temas económicos, no siempre tuve la oportunidad de salir a comer con mi mamá, pero eso cambió cuando empecé a vivir sola. Mi pareja me ha ido introduciendo a muchas cocinas diferentes, y con el tiempo cocinar se volvió una forma de acercarme más a mi mamá. En vez de solo visitarla un rato, ahora cocinamos juntas y la invitamos a probar nuevos sabores y platos.

Dijiste que ahora puedes compartir nuevos sabores con tu madre, algo que no siempre fue posible. ¿Qué simboliza ese acto para ti hoy?

Ese momento, cocinar y comer juntas, para mí simboliza crecimiento y conexión.

Antes mi mamá y yo no la teníamos tan fácil, y no siempre había espacio para disfrutar de cosas simples como esa.

Ahora se siente como algo pequeño pero valioso, un momento de calma, sin tensión ni palabras, solo estar juntas.


¿Sientes que, a través de la música y la comida, también estás reconstruyendo el sentido de hogar?

Sí, de cierta forma sí. Para mí, “hogar” no es solo un sentimiento, también tiene que ver con el lugar y la energía que se siente.

En Holanda la cultura puede ser un poco fría, la gente tiende a estar más en lo suyo, y a veces extraño esa calidez y espontaneidad que tiene Colombia.

A través de la música, la comida y de rodearme de personas que me hacen sentir tranquila y en casa, voy construyendo mi propio sentido de hogar.

Ya sea en el estudio o en la cocina, todo gira en torno a la conexión. Esa es mi manera de mantener viva esa calidez, donde sea que esté.

V. SALUD MENTAL, EMPODERAMIENTO Y AUTENTICIDAD

Hablas abiertamente sobre salud mental y vulnerabilidad. ¿Qué te motivó a hacerlo en un contexto donde sigue siendo tabú, especialmente en comunidades latinas?

Precisamente porque sigue siendo un tema tabú, para mí es importante hablar de eso.
Dentro de la comunidad latinoamericana casi no se escucha, y también en mi propia familia es algo que no se habla.
Siento que muchas personas se podrían beneficiar de la terapia, no porque haya “algo malo” con ellas, sino porque puede ayudar a encontrar dirección en la vida.
Lo que veo mucho es que hay demasiada proyección, mucho dolor viejo que se va pasando de generación en generación. Y al final, la expectativa recae casi en una sola persona, como si tuviera que sanar todo ese dolor acumulado.
Muchas cosas se esconden bajo la excusa de la “cultura” o del “carácter”, cuando en realidad son traumas y heridas que nunca se trabajaron.
Por eso quiero hablar de eso, para mostrar que la vulnerabilidad no es debilidad, sino una forma de fuerza.


¿Cómo se puede normalizar hablar de salud mental en una industria donde la perfección y la dureza aún se glorifican?

Hablando del tema, simplemente.

Se vuelve normal cuando dejamos de actuar como si la perfección fuera la norma, y empezamos a ser honestos con lo que sentimos. En esta industria todo gira alrededor de la imagen y la fuerza, pero por eso mismo es importante mostrar también el otro lado.

A veces la gente olvida que los artistas también somos humanos, con dudas, miedos y emociones. Entre más hablemos de eso, más se normaliza.


Has dicho que la salud mental también implica un estilo de vida más consciente —alimentación, cuerpo, descanso—. ¿Cómo equilibras eso con la intensidad del mundo artístico?

Para mí todo se trata de planificación y equilibrio.

Cuido lo que como, me mantengo activa y trato de descansar bien, porque aprendí que no se puede crear desde una inspiración real si uno se sobrecarga todo el tiempo. En algún punto te bloqueas, mental y creativamente.

El mundo de la música es intenso, así que toca tener disciplina para no dejarse llevar por ese ritmo de “siempre tener que hacer algo”.

Intento darme momentos para parar, desconectarme de las redes y volver a sentir por qué hago esto en primer lugar.

Eso me ayuda a mantener la mente clara y a crear desde la emoción, no desde la presión.

Aunque debo decir que a veces también logro crear muy bien bajo presión, entro en una especie de hiperfoco y trabajo hacia una fecha límite. Pero al final, todo se trata de equilibrio.

ENTRE EL CAOS Y LA CALMA: SALUD MENTAL, EQUILIBRIO Y EMPODERAMIENTO

VI. FUTURO Y TRANSFORMACIÓN

Has liderado proyectos colectivos como Otro Mundo e Inframundo. ¿Qué has aprendido de crear en comunidad?

Aún estoy en el proceso de construir mi propia comunidad. Hasta ahora he trabajado con diferentes personas, productores, creativos, diseñadores, y eso me ha enseñado lo importante que es crear desde la energía correcta.

Una comunidad real no se forma de la nada; no se trata solo de colaborar, sino de confianza, visión y valores compartidos.

A través de Grassfed, la empresa que fundé junto a mi pareja Baby Evil, también estoy trabajando poco a poco hacia eso. Hemos organizado algunos eventos con varios DJs latinos, con la idea de conectar gente y crear un espacio donde nuestra cultura y nuestra música puedan crecer.

Es un proceso que empieza pequeño, pero creo que sienta las bases para algo que a largo plazo puede tener un verdadero impacto.


22. ¿Qué representa para ti estar al frente de un movimiento más fluido e inclusivo dentro de la música latina?

Para mí se trata de que cada persona pueda sentirse libre de ser quien es, sin etiquetas ni expectativas.

La escena latina está cambiando, y me parece importante hacer parte de ese cambio simplemente siendo yo misma.

No me limito a un solo estilo, idioma o imagen; esa mezcla es justamente lo que me define.

Como artista, quiero mostrar que no hay una sola manera de ser latina, de ser mujer o de ser artista.

Se trata de expresión, identidad y libertad, y eso es lo que quiero que la gente sienta en mi música.

¿Qué esperas que el público sienta o entienda después de escuchar COZY TAPES?

Espero que la gente sienta algo real cuando escuche COZY TAPES.

El proyecto habla de vulnerabilidad, crecimiento y amor, pero también de aceptar que no siempre tenemos todo bajo control.

Cada canción nació de un momento sincero, así que espero que quienes lo escuchen puedan verse reflejados a su manera.

Más que entenderlo, quiero que lo sientan, la energía, la honestidad y, a veces, también el caos.

Si logra mover algo o sanar algo en quien lo escucha, ya cumplió su propósito.

¿Qué sueños o visiones te emocionan para esta nueva etapa de tu carrera?

Lo que más me emociona de esta nueva etapa es que estoy profundizando todo lo que he construido en los últimos años. Ya he estado trabajando en diferentes sonidos alternativos que quiero introducir este año, desde nuevas direcciones más experimentales hasta temas más agresivos.

También estoy trabajando en un proyecto con un artista brasileña de Ámsterdam, que recientemente se mudó a Brasil. Es una colaboración especial porque unimos los sonidos de nuestras culturas con las influencias y las vibras que nos inspiraron mientras crecíamos en Europa.

Además, estoy muy enfocada en el lado visual: quiero seguir dando forma al mundo que he estado construyendo desde mi primer track y hacerlo cada vez más claro y sólido. Sueño con llevar mi música a nuevos lugares, pero también con seguir conectando con mi propia comunidad y crear algo que realmente llegue a la gente.

Al final, quiero construir algo que vaya más allá de la música: un movimiento, un universo donde mi cultura, mi visión y mis emociones se unan. Quiero que se sienta como una experiencia, casi como un pase de entrada a mi mente, para que la gente pueda entenderme mejor como artista y sentir las diferentes formas en las que expreso mi creatividad: desde la moda, el styling y los visuales hasta el diseño gráfico.

Tengo mucha energía e ideas, y mi meta es usarlas para crear algo real, algo que se quede con la gente. También quiero dejar una huella cultural, algo que trascienda la música y aporte de verdad a la escena.


CIERRE EDITORIAL

En cada verso de MARIPOSA late una verdad que se rehúsa a ser domada. Su música es un puente entre la furia y la ternura, entre el instinto de protegerse y el deseo de abrir el corazón.

Con COZY TAPES, la artista se despoja del miedo y abraza la vulnerabilidad como su forma más radical de resistencia. En tiempos donde la fortaleza se confunde con el silencio, MARIPOSA nos recuerda que ser suave también puede ser una revolución.

Desde disidnt= celebramos su vuelo, su voz y su valentía para hacer del amor —en todas sus formas— un acto de fuerza, arte y libertad.