MANCANDY: DESVESTIR LO NORMADO, VESTIR LA LIBERTAD

Hijo de una costurera y un comerciante, su identidad artística nació entre telas, mercados y música popular. Lo que comenzó como un vestido morado que llegó a Julieta Venegas, hoy se ha convertido en una propuesta internacional que rompe normas de género y viste a estrellas globales. Pero más allá de la fama y los reflectores, MANCANDY ha hecho de la moda un espacio político: un lugar para desvestir lo normado y vestir lo que somos, sin miedo.

En esta entrevista para disidnt=, hablamos con él sobre raíces, viajes, disidencias y la fuerza de crear desde México para el mundo.

ENTRE HILOS Y RITMOS: DONDE LA IDENTIDAD SE COSE Y SE CANTA.

RAÍCES Y COMIENZOS

Tu historia empieza en Cuernavaca, en una familia donde la música y la costura estaban presentes. ¿Cómo influyó ese origen en tu camino creativo?

Mi historia empieza en Cuernavaca, en una casa donde siempre había música y costura. Yo soñaba con cantar, pero al mismo tiempo veía cómo mi mamá transformaba la tela en algo vivo, y eso me enseñó que el diseño también podía contar historias. Esa mezcla me marcó: aprendí a crear desde lo que tenía a mi alrededor y a unir disciplinas que parecían distintas. Hoy mi trabajo en moda y música es justamente eso: un puente entre mis raíces y una visión global.

De cantar en boybands y grupos a diseñar vestidos que terminan en un MTV Unplugged… ¿cómo recuerdas ese primer giro inesperado que te llevó a la moda?

Lo viví como un plot twist de película. Yo quería estar en el escenario, pero terminé diseñando para quienes estaban ahí. Y me encantó: la moda se volvió mi otra manera de cantar.

¿Qué representa para ti el famoso vestido morado que usó Julieta Venegas y que después fue adquirido por Hard Rock Café?

Para mí ese vestido morado es como mi primer hit: salió de un impulso creativo, llegó a Julieta, se volvió parte de un MTV Unplugged y ahora está en el Hard Rock Café. Es un recordatorio de que la moda también puede ser inmortal.

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VIAJES QUE MARCAN

Has llevado tus colecciones a lugares como Nueva York, Japón, Panamá y Costa Rica. ¿Qué aprendizajes y memorias guardas de esos viajes?

Viajar con mis colecciones ha sido como hacer giras: cada país vibra distinto. Nueva York es intensidad, Japón es orden y detalle, y Centroamérica es corazón. Todo eso me alimenta como diseñador y como músico.

¿Hubo alguna pasarela, colección o experiencia internacional que te haya marcado especialmente?

Japón fue mi primera salida internacional y me abrió los ojos: la moda no solo son ideas locas, también es estructura y negocio. Desde ahí aprendí a moverme diferente como diseñador.

Moda como disidencia

Desde el inicio tu propuesta ha sido genderless y transgresora. ¿Cómo entiendes la moda como una herramienta de resistencia política?

Yo veo la moda como una forma de protesta silenciosa. Cada prenda genderless es un ‘no’ a las etiquetas y un ‘sí’ a la libertad de ser. Eso, para mí, ya es político.

Has vestido a artistas como Bad Bunny, Maluma y Eiza González. ¿Qué significa para ti que tu visión disidente llegue a figuras mainstream de la música y el entretenimiento?

Es un statement en sí mismo: que artistas tan mainstream se pongan MANCANDY prueba que lo diferente también puede ser tendencia. Y me emociona que pasen esas cosas porque me confirman que voy por buen camino, que mi visión —nacida desde la moda mexicana sin filtros— puede llegar al centro de la cultura pop.

La industria de la moda suele ser excluyente. ¿Cómo trabajas para que en tus procesos haya inclusión de mujeres y disidencias?

La inclusión en mi trabajo no es una pose, es parte del proceso. Mujeres y personas diversas están en mi equipo porque así la moda deja de ser un club cerrado y se convierte en un espacio real de representación.

¿Qué significa para ti crear espacios seguros dentro del mundo de la moda, desde un taller hasta una pasarela?

Para mí un espacio seguro es simple: que puedas ser tú sin máscaras. Ya sea en el taller o en la pasarela, la creatividad fluye mejor cuando la gente se siente libre.

El regreso a la música

En 2016 creaste el concepto de “REGAYTON”, y ahora hablas de tu “GAYgional Mexicano”. ¿Cómo surgió esta necesidad de volver a la música y qué papel juega en tu vida hoy?

La música siempre fue mi primer sueño. En 2016 lancé el concepto de REGAYTON porque quería abrir un espacio dentro del reguetón desde una mirada queer y mexicana. Con el tiempo esa inquietud se transformó en lo que hoy llamo mi GAYgional Mexicano, una fusión entre la música regional y mi identidad. Volver a la música no fue una decisión planeada, fue más bien inevitable: es parte de mí. Hoy convive con la moda como otra forma de contar historias y de mostrar que no hay una sola manera de ser artista.

¿Qué representa para ti darle un giro disidente a géneros tan tradicionales como el regional mexicano?

Para mí darle la vuelta al regional es como hackear el sistema: tomar un género súper tradicional y meterle mi identidad. Es decirle al mundo que lo mexicano también puede sonar queer y actual.

¿Cómo dialogan la moda y la música en tu universo creativo?

Para mí la moda y la música no son dos caminos distintos, sino dos lenguajes que se complementan. En la moda encontré la manera de darle cuerpo a mis ideas, y en la música la manera de darles voz. Cuando dialogan, crean un universo donde puedo ser completo: lo que diseño se escucha, y lo que canto se viste.

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Visión y legado

Vogue te describió como un “artista fearless que desafía los límites”. ¿Cómo recibes esa definición?

Me encanta esa definición porque siento que resume lo que soy: alguien que no se queda quieto y siempre quiere ir más allá. Al final ser fearless es animarte a hacer lo que nadie espera.

¿Qué significa para ti ser referente de disidencias dentro de la moda mexicana y latinoamericana?

Ser considerado un referente de disidencias en la moda mexicana y latinoamericana es una responsabilidad enorme, pero también un orgullo. Para mí significa abrir caminos para que nuevas generaciones puedan expresarse sin miedo, demostrar que hay muchas maneras de ser mexicano y latino. Mi trabajo busca visibilizar esas otras narrativas y aportar a una industria más libre, diversa y honesta.

¿Qué consejo le darías a lxs jóvenes diseñadores y artistas disidentes que están empezando a construir su camino?

Les diría que se avienten sin miedo. El sistema está hecho para que dudes, pero justo ahí está la resistencia: hacer lo tuyo aunque incomode.

¿Qué proyectos te emocionan o tienes en puerta para 2025 y 2026, tanto en la moda como en la música?

Lo que más me emociona de 2025 y 2026 es que moda y música ya no son proyectos separados: son parte del mismo movimiento. Se vienen nuevas colecciones, nuevos discos y shows que van a mostrar ese universo completo

CIERRE EDITORIAL

MANCANDY es más que un diseñador: es una declaración. Cada prenda y cada canción son parte de un mismo manifiesto que une resistencia, identidad y libertad. Su historia nos recuerda que la disidencia también se cose, se canta y se celebra.

En disidnt= celebramos su voz porque sabemos que vestir no es solo cubrirse: es desvestir prejuicios para vestir la libertad.