DE MONTREAL A CDMX: REID BOURGEOIS Y EL HOUSE SIN FRONTERAS

Basado en Montreal pero viajero incansable de la pista global, Reid Bourgeois ha convertido su pasión por el house y el techno en un oficio de conexión y liberación. Desde clubes míticos como [sic] en CDMX hasta romerías en Studs (Puerto Vallarta), ROMA (Austin) o Newspeak (Montreal), Reid cree que la música de baile lleva una energía insuperable: compartirla con el público es lo que lo mantiene tras los decks cada noche.

TALENTO INTERNACIONAL

Dante Salas

6/4/2025

Una identidad sonora ecléctica y coherente

Reid, ¿puedes contarme cuál fue tu primer acercamiento a la música electrónica y qué te enganchó para dedicarte a ser DJ/producer?

Desarrollé una relación con la música dance cuando era corredor de fondo en la preparatoria. Correr con progressive house me generaba una respuesta visceral enorme y supe que quería ser parte de la música electrónica para compartir ese sentimiento con otras personas; aunque no sabía por dónde empezar. Por casualidad, al comenzar la universidad conocí a un DJ que me enseñó y me ayudó a conseguir mi primer show. Poco después se mudó a otra ciudad y me dejó su red de contactos, así que no me faltaron fechas desde el inicio.

En cuanto a la producción, en la adolescencia había experimentado con Reason para grabarme tocando guitarra. Hacía música lo-fi bajo el alias Dune Letter. No avancé mucho con ese proyecto, pero bandas que me inspiraron como Wavves aún tienen un lugar especial en mi corazón.

Produje mi primera canción house para una clase de música en mi último semestre de universidad. El tema era géneros marginados; estudiamos la estética del punk, goth, new wave, house y techno. Para el proyecto final hice una pista house muy inspirada en artistas como Green Velvet y Jamie Jones. Luego seguí produciendo de vez en cuando, pero sentía que siempre faltaba algo hasta que cambié de Logic a Ableton en 2020. Poco después lancé mi primer sencillo “Inside” en el sello de Eddie Martinez, “Stimulus”. Recientemente fue relanzado en “Queen House”, el sello de GSP. A pesar de que la canción tiene ya cinco años, sigue alineada con mi sonido, con un sintetizador poderoso en el breakdown y una caída percutiva contundente.

Tu estilo mezcla house y techno con una energía muy particular. ¿Cómo describirías tu identidad sonora y qué buscas transmitir en cada set?

En resumen, busco que sea ecléctico pero coherente. Hay muchísimos subgéneros que me hablan y siempre intento tocar tantos como puedo, de forma que tenga sentido. Intento enfocarme en la musicología del DJing; veo mis sets como una forma de compartir conocimiento y apreciación por los artistas que me precedieron, mientras ofrezco mi propia interpretación.

En tu extenso recorrido por clubes de ciudades como Ciudad de México, Puerto Vallarta, Austin o Montreal, ¿hay alguna experiencia o noche que consideres un antes y un después en tu carrera?

[sic] en Ciudad de México fue mi primer show internacional y sin duda uno clave. Me hizo sentir validado como artista y fue un placer tocar para un público tan receptivo. Para quienes no lo conocen, [sic] es un club multi-sala en el corazón del barrio Doctores que se ha convertido en un punto de referencia para la vida nocturna alternativa y underground. Es un espacio realmente hermoso y muy bien curado. Ese show fue un parteaguas para mí, porque abrió puertas para otros bookings internacionales y me permitió trabajar para marcas más grandes en Montreal, con algunas de las cuales aún tengo residencias.

La pista como espacio seguro

¿Qué se siente estar frente a un público, sostener la energía de la pista durante varias horas y ver cómo reacciona la gente a tu música?

Simplemente, es increíble y no me imagino haciendo otra cosa. En mis veinte años me preocupaba dejar de sentir pasión por el house; sin embargo, ahora que estoy entrando a los treinta, siento que apenas estoy comenzando. Siempre estoy aprendiendo nuevas formas de mantener al público conectado; siempre digo que la audiencia es el DJ tanto como yo. Ver caras sonrientes nunca me cansará y es justo lo que me mantiene detrás de los decks.

En disidnt= creemos que la pista debe ser un espacio seguro para todes. ¿Qué significa para ti un “espacio seguro” en un club o festival, y cómo contribuyes a crear ese ambiente?

He desarrollado mi carrera en espacios LGBTQIA+ y trabajo exclusivamente con venues y marcas que tienen políticas de “ven tal como eres” y cero tolerancia al acoso. Desde la cabina, tengo una vista panorámica del lugar y siempre estoy atento a que la gente esté segura, además de leer las reacciones del público. La base del house siempre ha sido la comunidad y la liberación; ofrecer seguridad dentro de la libertad es parte de mi ética.

Has compartido escenario con leyendas como David Morales o Horse Meat Disco. ¿Qué referentes han influido de manera decisiva en tu forma de mezclar y producir?

Escuchar a David Morales mezclar house, disco house y techno de forma impecable es sin duda mi mayor inspiración. Si hubieras visto la sonrisa que se me dibujó cuando me enteré que compartiría cabina con él… y claro, Horse Meat Disco ofrece una visión fresca de los clásicos del disco. Si llegas temprano al club seguro me escucharás tocar joyas deep house inspiradas en ese cuarteto londinense.

Menciones honorables para Matthias Tanzmann, Karsten Sollors y Pagano. Artistas que se sitúan en la intersección de “más que house, menos que techno” son mis referencias imprescindibles.

En tu opinión, ¿cómo va la inclusión de mujeres y disidencias en los line-ups de hoy? ¿Qué avances has visto y qué queda por hacer?

He visto mucho progreso desde 2022 cuando volvieron a abrir las pistas; sin embargo, siento que muchas marcas grandes juegan seguro y repiten a muchos artistas una y otra vez. Entiendo la decisión desde el punto de vista comercial, pero me encantaría que se diera oportunidad a más variedad de personas. Promotores establecidos, si me están leyendo, incluso un horario temprano puede cambiar la carrera de alguien.

La producción como proceso de autoconfianza

Tu remix de “COZY” de Beyoncé recibió el apoyo de Dave Giles II (uno de los compositores del tema), y tu track “Pouring” fue respaldado por figuras como Don Diablo. ¿Cómo ha sido tu evolución en el estudio y qué sueñas con explorar en tu próxima producción?

El apoyo ha sido abrumador y una gran inspiración para seguir adelante. Cualquier artista te dirá que nunca sienten sus proyectos del todo terminados o que siempre necesitan “algo más” para justificar un lanzamiento. Me ha enseñado que la duda nunca desaparece; he aprendido a terminar proyectos y sacarlos al mundo. Cada track original que he lanzado me ha conseguido un booking internacional; a productores o DJs inspirados que sientan que llegaron a un techo, les insisto mucho en la importancia de sacar su música original.

Además de pinchar y producir, ¿cómo cuidas tu propio bienestar para mantenerte creativo y presente?

De lunes a viernes soy muy estricto con mi horario de sueño, dieta y ejercicio. Hago preparación de comida, veo a un entrenador personal y tengo una rutina nocturna que sigo religiosamente. No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de cuidarse si quieres tener éxito en la vida nocturna. Para dar lo mejor de ti y ser creativo, tienes que llevar lo que llamo una “vida plena”; eso incluye cuidar tu salud física, mental y emocional.

Para quienes desean incursionar en el mundo del DJing sin sacrificar su identidad o sus valores, ¿qué consejo les darías desde tu experiencia?

La mejor forma de mantener tu integridad artística es crear una marca y desarrollar una identidad dentro de ella. Al saber quién eres como artista, crearás experiencias que encajen con tu identidad, lo que lleva a colaborar con personas que entienden quién eres y qué haces. No tengas miedo de rechazar shows o de tener conversaciones abiertas con promotores sobre lo que haces y no haces.

CIERRE

Reid Bourgeois demuestra que el poder del house y el techno va más allá del drop: es una experiencia compartida, un lenguaje de comunidad y celebración que atraviesa fronteras. Desde su cabina en Montreal, CDMX o cualquier punto del planeta, construye puentes entre culturas, sonidos y personas diversas, recordándonos que la pista es, antes que nada, un espacio de libertad y pertenencia.